Ryuho Hamano en una muestra de de Caligrafía Japonesa en el Jardín Japonés

Para Ryuho Hamano, quien se presentará el domingo 14 agosto a las 15h. en el Jardín Japonés en una demostración de caligrafía japonesa «La escritura es arte, es energía, es una manera de darle fuerza a la vida, así como a lo que escribe y siente.». El encuentro es en Av. Casares y Av. Figueroa Alcorta en el barrio de Palermo.

El domingo 14 de agosto el experto en caligrafía japonesa, Ryuho Hamano, dará una demostración de Shodo a las 15 horas en el Jardín Japonés.

El shodo («sho» significa caligrafía y «do», camino) es uno de los caminos que llevan a la comprensión del sentido de la vida y las verdades eternas.

En la historia de la humanidad, son pocos los que elevaron la escritura a la jerarquía de arte. Un maestro con su pincel de bambú y tinta china crea en el papel de arroz una verdadera obra de arte, y ésta lleva en sí misma la armonía y la belleza.

En las obras caligráficas se materializa uno de los principios básicos de la estética japonesa, «wabi-sabi», la proporcionalidad de lo simple y lo delicado.

La caligrafía japonesa no es sólo la belleza, sino también el sentido, la armonía y delicadeza de líneas que despiertan el placer estético, y nos transmiten la sabiduría milenaria. 

Cada línea tiene su sentido, cada movimiento del pincel del calígrafo crea algo bello.

La caligrafía no es como el dibujo, que permite levantar el lápiz. Una vez que se inicia, hay que concluir el viaje de un solo trazo. Aunque falle, uno tiene que terminar lo que comenzó.

La escritura shodo es uno de los caminos que llevan a la comprensión del sentido de la vida y las verdades eternas y en ella, indudablemente, se refleja el alma de la persona que escribe.

«La escritura es arte, es energía, es una manera de darle fuerza a la vida, así como a lo que escribe y siente.» Ryuho Hamano

Ryuho Hamano

Discípulo del destacado calígrafo Fukuse Gaki, Hamano Ryuho actualmente reside en Japón, considerándosele un especialista de esta disciplina milenaria también conocida como ‘shodo’. Realiza una vasta actividad en el campo de ese arte, con exposiciones similares a instalaciones que cubren toda la superficie de las paredes e incluso parte del piso.

Por su trabajo, Ryuho realizó numerosas exposiciones individuales en Estados Unidos, Alemania, España e Italia, además de conferencias, demostraciones y talleres en Europa y América Latina.

Hasta el 15 de agosto, podrá visitarse en el Palais de Glace la muestra TAKARA, muestra de caligrafía japonesa de su autoría. Takara, que significa «tesoro» en japonés, es el título de un texto del poeta Yamanoue no Okura (660-773) incluido en el Manyoshu, la recopilación de poemas más antiguos del Japón, escritos entre los siglos VII y VIII. Y es también el nombre que eligió el calígrafo japonés Hamano Ryuho para presentar su muestra en el Palais de Glace, que se puede visitar hasta el 15 de agosto, con entrada libre y gratuita.

«Me gusta que las personas puedan tener una experiencia, un lazo con mi obra –explica Hamano–. En cada muestra nace algo nuevo que me hace evolucionar. Para mí eso es lo más interesante y lo que me llevo como tesoro».

Hamano, que brindará seminarios y charlas en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, dice que uno de los objetivos que propone en sus talleres es que los asistentes aprendan a escribir su nombre en japonés de manera correcta, pero con sentimiento. «Esto hace que la persona que escribe entienda que es importante, y si tu vida es importante, también la de los demás. Lo sustancial es hacerlo con el corazón, porque la caligrafía refleja el alma de la persona».

En este sentido, al artista lo preocupa que en la actualidad se esté perdiendo la escritura manual, a puño y letra. «La gente ahora utiliza los teclados, todo el mundo digita, hasta los niños pequeños en las escuelas. Si escribís ‘te amo’ en el teclado, así lo hagas con todo tu sentimiento, se ve siempre igual en la pantalla –afirma–. Pero cuando está escrito de puño y letra es diferente, porque muestra parte del carácter de esa persona».