Homenaje al Presidente Nicolás Avellaneda en Palermo

Al cumplirse 130 años de su fallecimiento, en el Parque Tres de Febrero se realizó la colocación de una placa que recuerda a quien desempeñara el Poder Ejecutivo Nacional entre 1874 y 1880 y fuera el impulsor de la Ley de Federalización de la Ciudad de Buenos Aires.

Frente al monumento a Nicolás Avellaneda, ubicado en el Parque Tres de Febrero en avenida Del Libertador entre Fray Justo Santa María de Oro y John FitzGerald Kennedy, se realizó el acto oficial de colocación de una placa recordatoria.

El homenaje, dispuesto por Resolución Nº 170/2015, fue una iniciativa de la diputada Cecilia de la Torre, quien consideró la importancia del estadista en la historia de nuestra Patria, en un período clave, que condujo a la consolidación del Estado inspirado en los principios de la Constitución del año 1853.

La legisladora abrió el acto sosteniendo: «siendo Presidente de la Nación, el más joven en asumir el cargo, Avellaneda, envió el proyecto de ley para federalizar la ciudad de Buenos Aires y fue el más claro realizador de las ideas del fomento de la inmigración, que la Constitución de 1853 definió en su famosa cláusula del progreso.»

Luego hizo uso de la palabra el periodista e historiador Rosendo Fraga, quien efectuó una detallada reseña del carácter humanista del estadista y la trascendencia e importancia de su obra, finalizando el acto con la intervención de los descendientes de Nicolás Avellaneda, quienes agradecieron al cuerpo parlamentario porteño el homenaje.

Nicolás Avellaneda   

(1837 – 1885)

Nacido en Tucumán, el 3 de octubre de 1837, hoy es recordado como promotor de la inmigración, la universidad pública y la federalización de Buenos Aires.

Su padre, Marco Avellaneda, fue degollado por un lugarteniente de Rosas el día en que Nicolás cumplía 4 años, razón por la cual su madre, Doña Dolores Silva y Zavaleta, tomó la decisión de trasladarse con su familia a Bolivia.

En su adolescencia cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Córdoba pero no llegó a graduarse. Al volver a su provincia fundó el periódico el Eco del Norte y a fines de 1857 se trasladó a Buenos Aires donde, al poco tiempo, comenzó a trabajar como periodista en El Nacional y a colaborar con El Comercio del Plata, fundado en Montevideo por Florencio Varela durante la época de Rosas.

En Buenos Aires finalizó sus estudios de Derecho y comenzó a trabajar de abogado.

Tuvo una estrecha amistad con Sarmiento quien lo ayudó a acceder a la cátedra universitaria como destacado profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, que le servirá de trampolín para iniciar su carrera política.

Fue diputado de la Legislatura de Buenos Aires, pero debió abandonarlo al poco tiempo para ocupar el cargo de ministro de Gobierno de la Provincia, durante la gobernación de Alsina, cuando todavía no había cumplido 29 años.

Cuando Sarmiento fue electo presidente, en 1868, lo puso al frente de la cartera más importante en la estrategia del sanjuanino: el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Fue electo presidente de la República al finalizar la presidencia de Sarmiento.

En 1876 promovió la sanción de la Ley de Inmigración conocida como Ley Avellaneda, que aparecía como una promesa interesante de tierras y trabajo para los campesinos europeos y en pocos años se duplicó el flujo inmigratorio.

Hizo frente a los efectos perdurables de la grave crisis económica que se había desatado a fines de la presidencia de Sarmiento, con medidas extremas como la disminución del presupuesto, suspensión de la convertibilidad del papel moneda a oro, la rebaja de sueldos y los despidos de empleados públicos.

El gobierno de Avellaneda, a través del ministro de Guerra, Adolfo Alsina impulsó una campaña al desierto, conocida más tarde como la «conquista del desierto», para extender la línea de frontera hacia el Sur de la Provincia de Buenos Aires.

Sobre el final de su presidencia, Avellaneda envió al parlamento un proyecto de federalización de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de poner fin a la histórica disputa por la residencia de las autoridades nacionales, que estaban de hecho sometidas a la autoridad y jurisdicción del gobernador de la provincia de Buenos Aires. Este proyecto provocó la reacción del gobernador Carlos Tejedor, quien se sublevó contra las autoridades nacionales mientras resultaba electa fórmula presidencial Roca-Madero, partidarios de la federalización.

Avellaneda abandona la ciudad e instala el gobierno en el pueblo de Belgrano. Buenos Aires fue sitiada y Tejedor, derrotado por las tropas leales a Avellaneda comandadas por Roca. En agosto de 1880 la legislatura nacional declaró disuelta al cuerpo legislativo bonaerense y sancionó la Ley de federalización de la ciudad de Buenos Aires.

En 1880 fue electo senador por Tucumán cargo desde el cual proyectó y logró la sanción de la Ley Universitaria, garantía de autonomía para las universidades nacionales y, poco después, fue elegido rector de la Universidad de Buenos Aires.

En junio de 1885, se embarcó rumbo a Europa junto a su esposa, Carmen Nóbrega, buscando un tratamiento médico para la nefritis que lo afectaba. Murió en altamar, de regreso de su viaje, el 25 de noviembre de 1885, a los 48 años.