Aprobaron el emplazamiento de un monumento a Juan B. Justo del escultor Soto Avendaño en Av. Santa Fe y Av. Intendente Bullrich

La donación del monumento a Juan B. Justo por parte de la Cooperativa El Hogar Obrero y realizado por el artista Ernesto Soto Avendaño, quién lo confeccionó a partir de la mascarilla mortuoria del destacado médico y político, fue aceptada por la Legislatura a partir de un expediente iniciado por la diputada Susana Rinaldi (FPP) que tuvo despacho favorable de la Comisión de Cultura. La Legislatura porteña había dispuesto rendirle un homenaje duradero a través de la construcción de un monumento, sancionado por la Ley Nº 715, el 29 de noviembre de 2001, y promulgada por Decreto Nº 19/02, publicada en el Boletín Oficial Nº 1361 y, en enero del 2005, la Dirección General de Planeamiento Interpretativo indicó, mediante Informe 0084 DGPINT – 2005, el lugar exacto reservado para el emplazamiento del monumento, ubicado sobre el Parque Lineal de la Avenida Bullrich en su encuentro con la Avenida Santa Fé.

«La creación de este monumento es un justo homenaje a uno de los hombres públicos que  mayor relevancia ha tenido en el campo de la medicina, la política y el cooperativismo», resaltan los fundamentos del proyecto. 

El monumento será emplazado en la Av. Intendente Bullrich y la Av. Santa Fe, en el barrio de Palermo, y su basamento y muro no deberá exceder 2,55 metros de ancho, 1,97 m. de altura y 0,40 m. de profundidad. 

El busto de yeso con cobertura de bronce no deberá exceder los 0,75 m. de alto, 0,40 m. de ancho y 0,35 m. de profundidad y se apoyará empotrado en un voladizo sobre el basamento de hormigón y muro citados.

Los considerandos del proyecto de ley aprobado expresan:

– Por medio de la ley nº 715 este cuerpo legislativo dispuso la realización de un homenaje al Dr. Juan B. Justo consistente en la erección de un monumento que perpetuase la memoria de este insigne argentino.

– La norma establecía que el Poder Ejecutivo arbitraría las medidas necesarias para proceder a la construcción de la escultura tomando las medidas conducentes para que por su intermedio se proceda a la realización de la obra  afectando las partidas presupuestarias necesarias a tal efecto, pudiendo aceptar la donación de la obra por particulares.

– Justamente teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde la promulgación de la iniciativa y con el fin de llevarla a cabo se conformó una comisión pro- monumento que integran distintas figuras representativas del quehacer nacional e internacional y seguidores de las ideas por las que Justo dedicó su vida. 

– En poco tiempo esta comisión consiguió la donación de un busto, por parte de la Cooperativa El Hogar Obrero y realizado por el artista Ernesto Soto Avendaño, quién lo confeccionó a partir de la mascarilla mortuoria de Justo. Esta comisión también obtuvo el aporte económico necesario para la realización de una placa escultórica que se instalará -junto al busto- sobre un basamento en hormigón rojo, relieve en hormigón patinado y el resto tabique de ladrillo con un revoque con guñas y muro con leyenda alegórica cuya donación esta a cargo de la Cooperativa de Crédito Afirmación Ltda. 

– De esta manera no sólo se esta cumplimentando una ley sancionada hace más de una década  sino realizando un merecido homenaje a uno de los hombres públicos que  mayor relevancia ha tenido en el campo de la medicina, la política y el cooperativismo. 

– Juan Bautista Justo nace en la ciudad de Buenos Aires en 1865. Entre los grandes momentos que ilustran su existencia se encuentran su graduación en la Facultad de Medicina con medalla de oro (1892) y su ulterior actuación como catedrático en esa misma casa de estudios. 

– Justo fue un médico eminente que introdujo en las prácticas quirúrgicas la asepsia y la trepanación craneana a fines del siglo XIX en Buenos Aires. Pero supo algo más. Comprendió que ciertas enfermedades son una consecuencia de desarreglos sociales que sólo la política práctica puede curar. Pero para eso es necesario introducir y practicar en ella también la asepsia. Como es necesario introducir en las cabezas, no por trepanación, ideas y valores que le permitan a todos y a cada uno ser el protagonista de su propia vida.

– Entre 1894 y 1905 funda el periódico doctrinario La Vanguardia, que llega a tener una edición diaria, el Partido Socialista de Argentina y la cooperativa de crédito y vivienda El Hogar Obrero; viaja por Estados Unidos para conocer de cerca al capitalismo industrial, por Bélgica, donde se familiariza con el movimiento cooperativista y por España, donde publica su pionera y reconocida traducción al castellano de El Capital de Carlos Marx. 

– Ocupó en varias oportunidades una banca como diputado y en 1924 es electo senador nacional. Además fundó otras instituciones como la Biblioteca Obrera, Asociación Obrera de Socorros Mutuos y la Sociedad Luz Universidad Popular.

– Según Justo, el socialismo no constituye un dogma acabado para vivir pautadamente en una organización perfecta ni un saber espontáneo, sino un conocimiento con aspiraciones de rigor científico. Precisamente, la actitud humana y científica de Juan B. Justo se caracterizó por moverse dentro de estos parámetros, descollando su actuación por acuñar un nuevo significado para el concepto de progreso, de un modo más integral y sinérgico –en sus dimensiones económicas, intelectuales, éticas–, tal como se ha ido entendiendo en la actualidad. Además, le ha conferido al progreso histórico un valor indicativo al ligarlo con la humanización y el mejoramiento específico de la clase trabajadora, desde el punto de vista salarial, sanitario, educativo, etc.
Justo murió el 8 de enero de 1928. Poco faltaba para que muriese también la democracia argentina: en 1930 el presidente Yrigoyen fue depuesto por un golpe militar que sería el primero de una larga y triste lista. 

– Una multitud se congregó frente a la Casa del Pueblo porteña y formó el cortejo fúnebre del líder socialista, al son de “La Internacional”. La gran avenida que lleva el nombre de Juan B. Justo en Buenos Aires fue construida con las aceras rojas, en su honor.

– Por estas razones, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dispuso rendirle un homenaje duradero a través de la construcción de un monumento sancionado por la Ley Nº 715, el 29 de noviembre de 2001, y promulgada por Decreto Nº 19/02, publicada en el Boletín Oficial Nº 1361.

– En enero del 2005, la Dirección General de Planeamiento Interpretativo indicó, mediante Informe 0084 DGPINT – 2005, el lugar exacto reservado para el emplazamiento del monumento, ubicado sobre el Parque Lineal de la Avenida Bullrich en su encuentro con la Avenida Santa Fé.

Sobre el escultor Ernesto Soto Avendaño

Nació en Olavarría (Provincia de Buenos Aires) en 1886. Ingresó a la Academia Nacional de Bellas Artes en la que se graduó, en 1914, de Profesor de Dibujo y Escultura. Ese mismo año ganó la beca Europa, pero el inicio de la Guerra Mundial le impidió viajar. Se desempeñó como profesor de escultura en la Academia donde se había graduado, en el Colegio Nacional de la UNLP y en la Escuela de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”. Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas, participó en varias oportunidades del Salón Nacional, donde fue premiado tres veces y recibió también el Premio Presidente de la Nación en 1951. 
Su obra magna es el Monumento a los Héroes de la Independencia erigido en Humahuaca (Jujuy) para conmemorar al Ejército del Norte que libró catorce batallas en esa ciudad durante la Guerra de la Independencia. Luego de un concurso público, el ganador, Soto Avendaño, comenzó su obra en 1933 concluyéndola en 1950, año de su inauguración oficial. La figura principal del monumento mide nueve metros de alto y a sus pies diversos conjuntos escultóricos reflejan la epopeya de la Independencia. Soto Avendaño murió el 30 de abril de 1969.