«Bajo las banderas, el sol» el documental de Juanjo Pereira, recibió el Gran Premio de la Competencia Internacional a la mejor película. La caída en Paraguay de la dictadura de Stroessner, en 1989, marcó también el abandono de un enorme archivo visual. Inéditas u olvidadas hasta ahora, esas imágenes vuelven para dar cuenta de cómo su manipulación permitió adoctrinar y construir un culto a su persona. Reseña por Virginia Saidón. #bajolasbanderaselsol #juanjopereira #granpremio #competenciainternacional #paraguay #dictaduramilitar #bafici2025
Reseña de Bajo las banderas, el sol –un documental de Juanjo Pereira- por Virginia Saidón para Palermo Mío
En 1989, finaliza en Paraguay la dictadura más larga de la región. Después de 34 años en el poder, Alfredo Stroessner y los militares a su mando destruyeron la mayor parte del archivo fílmico del país.
Si no fuera porque el documental de Juanjo Pereira comienza anticipando esa situación, podríamos probablemente creer que Paraguay vivió durante esos años en la mas absoluta armonía y disfrutando de todos sus derechos constitucionales.
Así nos lo parece, mientras asistimos a las imágenes de la primera parte de la película, donde se habla con vehemencia de la importancia de la familia, y se nos muestra un Estado defensor del ciudadano común, al que se lo protege del monstruo del comunismo. Ciudadano que debe celebrar ese orden y protección que le brindan las Fuerzas militares. A medida que avanzan las imágenes algo de esa ficción parece desdibujarse.
Así, a lo largo de los años, va desplegándose una realidad diferente; aparecen los quiebres, las fracturas, las críticas internacionales, la información oculta sobre las torturas y desapariciones, los testimonios de los familiares de las victimas del terrorismo de Estado y otros secretos de una dictadura enquistada en el poder. Como ejemplo, la protección del nazi Josef Mengele y las torturas y desapariciones de militantes sindicales.
Esa realidad no parece encontrar oposición alguna al interior del país. Hay algo de una aceptación colectiva en el film que resulta inexplicable, pero que una y otra vez, atraviesa estos procesos del terror.
El gobierno de Stroessner aparece ante nuestros ojos con los mismos condimentos del resto de las dictaduras de Latinoamérica (se muestran incluso archivos del Plan Cóndor) y utiliza las clásicas justificaciones para imponer la pérdida de las libertades, a partir de conceptos como orden, seguridad y familia.
Poco a poco el documental comienza a hablar y denunciar. Denunciará, como una forma de restituirle la palabra a todos aquellos que sufrieran los abusos de la dictadura más extensa de toda Latinoamérica.
No es casual que así lo mencione su director, en una entrevista. Todo comienza a aparecer… inclusive entre los integrantes de su familia, que se animan a relatar, en la intimidad, haber padecido situaciones terribles. Algo del silencio y de lo oculto se resquebraja.
La película es un documental realizado enteramente con archivo audiovisual encontrado en todo el mundo, que se creía que fue destruido por la dictadura de Alfredo Stroessner, gracias a una exhaustiva investigación hecha por el director. Luego de identificar y recopilar más de 80 horas de materiales en diversos formatos, tanto fílmicos como de video, se incluyeron en el corte final archivos provenientes de Paraguay, Argentina, Brasil, Francia, Alemania, Japón, Taiwán, España, Reino Unido, Estados Unidos y Bélgica.
No obstante todo lo expuesto, increíblemente, la dictadura de Stroessner nunca fue juzgada. Ni siquiera reconocida como tal, en su país.
Este film resulta entonces, por eso mismo, un trabajo meritorio con un fin loable: recuperar la memoria colectiva.