Comienza la poda en El Rosedal y cada vecino podrá llevarse hasta 5 gajos

comenzó la poda de rosales 2018
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad invita al inicio de la poda de rosas que se realiza anualmente en el Parque 3 de Febrero. Los vecinos podrán retirar hasta 5 esquejes para sus hogares. Se da inicio a la misma el día miércoles 4 de julio a las 14:45 h.

El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad lanzó la poda anual de rosas en los Rosedales del Parque 3 de Febrero, Parque Micaela Bastidas y Parque Chacabuco donde se regalarán a los vecinos gajos de las rosas de martes a viernes de 13 a 17 hs

Los vecinos que deseen podrán retirar los esquejes de las rosas para trasplantar en sus hogares, se entregan hasta 5 por persona. En los Rosedales del Parque Micaela Bastidas y Parque Chacabuco se extenderá por una semana y en el Parque 3 de Febrero por 21 días, debido a la extensión de cada Rosedal. 

La poda en los rosedales se realiza cada invierno para que los rosales florezcan sanos y fuertes para la época de floración que es en septiembre, y alcancen su máximo desarrollo en octubre. Una vez concluida la poda y, para terminar de garantizar la salud de los ejemplares, se coloca fertilizantes y complementos esenciales en la tierra.

Cada invierno las rosas, del Rosedal de Palermo, reciben la poda que las fortalece para que estallen en flores al llegar la primavera. Es por ello que podés acercarte a retirar tallos a partir de los cuales podrás reproducir tu propio rosal en casa, solicitándoselos directamente a los jardineros.

El Jardín de Rosas está compuesto por casi 8.000 los ejemplares que crecen en este jardín de rosas diseñado en 1914 por el paisajista Benito Carrasco y considerado actualmente como el más importante del país.

Esquejes

El esqueje es un método que se utiliza para multiplicar plantas y consiste en conseguir que un tallo eche raíces para dar origen a uno nuevo. La estación ideal para hacerlo es el otoño.

Para obtener las rosas es necesario enterrar los tallos introduciéndolos unos 12 cm en una maceta que contenga preferentemente una mezcla de turba y arena, para que puedan crecer más fácilmente las nuevas raíces. Entre cada tallo tiene que quedar una distancia mínima de 8 cm; luego presionar la tierra alrededor del tallo y regar hasta dejarla húmeda; colocar la maceta en un lugar húmedo y luminoso evitando el sol directo. La temperatura ideal para criar esquejes de rosas es entre 18 a 21ºC; una vez que hayan salido las raíces, se trasplanta cada esqueje a una maceta individual.

Para aumentar las posibilidades de que el tallo eche raíces, es recomendable impregnar las bases de los tallos con hormonas de enraizamiento. Además, miembros de esta iniciativa aconsejan llevar entre cuatro y cinco tallos para aumentar las posibilidades de obtener resultados.

Sobre el Rosedal de Palermo (Iraola y Pedro Montt)

El Rosedal de Palermo tiene 4 hectáreas de superficie de acceso libre y gratuito y alberga casi 8.000 rosales de 93 especies distintas. Fue declarado Patrimonio de Interés Cultural en el 2011, y en 2012 fue premiado con el Garden Excellence Award, un reconocimiento internacional otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS).

Sobre el Rosedal del Parque Chacabuco (Av. Eva Perón 1410)

El Rosedal de Parque Chacabuco tiene alrededor de 5.000 m2 de superficie de acceso libre y gratuito y alberga alrededor de 1200 rosales de distintas especies. Durante la remodelación que se hizo al Parque Chacabuco, en la década del 30, se instaló el Rosedal.

Rodeaba a la llamada Fuente de los Sapitos, un espejo de agua de 45 metros de largo “custodiado” por sapos de bronce surtidores de agua, y llegó a tener más de 3000 variedades de rosas.

Sobre el Rosedal del Parque Micaela Bastidas (Rosario Vera Peñaloza y Av. Calabria)

El Parque fue inaugurado en enero de 2003. Ocupa una superficie de 5,4 hectáreas y alberga alrededor de 4000 rosas de diferentes especies. Tiene distintos sectores que se comunican mediante caminos y escaleras: la Plaza del Huerto, la Plaza de los Niños y la Plaza del Sol.

Benito Carrasco, el creador de El Rosedal de Palermo

Era 1914 cuando Benito Carrasco, que por entonces tenía 37 años, se hizo cargo de la Dirección de Paseos de la Ciudad. Desde 1900 venía trabajando en aquella dependencia. Ni bien asumió, concluyó la obra del Rosedal, junto con el famoso puente helénico, el templete y la pérgola. Así, su gestión se iniciaba con una obra que, a lo largo de cien años, no dejaría de resultar emblemática para el Parque 3 de febrero y para la Ciudad.

Durante su labor en la Dirección de Paseos de la Ciudad, Benito Carrasco trabajó bajo las directivas del célebre arquitecto y paisajista francés, Carlos Thays, a quien ya conocía: Thays fue el director de la tesis con la que Carrasco se graduó, a los 23 años, como ingeniero agrónomo en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires.

De esta manera, Benito Carrasco se convirtió en el discípulo más notable de Thays y, cuando éste dejó la Dirección de Paseos de la Ciudad en 1913 (después de 22 años de gestión), ocupó el cargo de su maestro. El Rosedal fue una gran manera de darle continuidad a la serie de notables obras encaradas por Thays, entre las cuales se encuentran el diseño del Jardín Botánico, del Parque Avellaneda, del Parque Lezama y la reforma del mismo Parque 3 de febrero, entre otras.

Durante 4 años, Carrasco se mantuvo al frente de la Dirección de Paseos, impulsando obras como el diseño del paseo de la Costanera Sur y de la Escuela de Jardineros (hoy “Escuela Técnica de Jardinería Cristóbal M. Hicken”). Al finalizar su gestión, se dedicó a trabajos en el ámbito privado y también a la docencia universitaria, desde donde llevó a cabo una importante labor formativa a través de su cátedra de Parques y Jardines en la UBA.

En 1958, Benito Carrasco falleció, pero su obra lo sobrevive. A casi cien años de su construcción, el Rosedal todavía transmite la pasión y el cariño de quién dedicó su vida a trabajar para que todos los ciudadanos y visitantes de Buenos Aires puedan disfrutar del verde dentro de la Ciudad.