En agosto comienza la restauración del Pabellón del Centenario

En agosto comienza la restauración del Pabellón del Centenario
El proyecto de recuperación del «Pabellón del Centenario», el único edificio que queda en pie de los 35 que se levantaron en Buenos Aires para celebrar los 100 años de la Revolución de Mayo, ya se puso en marcha y las obras de restauración propiamente dicha «comenzarán en agosto» para dar cumplimiento al «emblemático fallo» de la Corte Suprema de Justicia que ordenó «restituirle su estado patrimonial original». #pabellondelcentenario #CNMLBH #Cencosud #VirginioColombo #monumentohistorico


El edificio del «Pabellón del Centenario«, obra del arquitecto italiano Virgilio Colombo y su modernismo ecléctico estilo «Liberty», se encuentra ubicado en el predio comprendido por la avenida Bullrich, la calle Cerviño y las vías del Ferrocarril Mitre del barrio porteño de Palermo, en parcelas que pertenecen al Ejército Argentino pero que desde 1994 están concesionadas a la empresa multinacional de origen chileno Cencosud, dueña de grandes cadenas de supermercados como Jumbo, Easy y Disco.

«Hemos conformado una mesa de articulación que se reúne cada 20 días y todos los avances se van comunicando al juzgado en un proceso sumamente enriquecedor«, dijo a Télam Mónica Capano, la presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos (CNMLBH).

Ese grupo de trabajo -que integra la CNMLBH, el Ejército Argentino, el Ministerio de Defensa y la empresa Cencosud– ya acordó «cronograma» con plazos establecidos según el cual «en agosto tienen que empezar las obras (de restauración)» propiamente dichas, dado que hasta ahora sólo se «despejó y limpió el área a intervenir, al tiempo que se realizó una prospección arqueológica con el fin de descubrir piezas originales«.

Posteriormente, se procederá al armado de andamios que permitan acceder a los diferentes sectores del edificio y se tomarán muestras para relevar las patologías, tras lo cual se emitirá un diagnóstico preciso para proponer el tratamiento adecuado.

A partir de esto, la empresa Cencosud deberá elaborar un proyecto de intervención que será analizado y evaluado antes del inicio de las tareas de restauración en función del uso que haya decidido dársele al inmueble.

Pilar Giribone, directora de Gestión Cultural del Ministerio de Defensa, explicó que será esta cartera junto al Ejército quien «definirá la funcionalidad del Pabellón de Centenario«, a partir «del trabajo de sus profesionales, arquitectas, museólogas y conservadores», propuesta que «será presentada ante la CNMLBH para su formulación final«.

Una de las cláusulas del concesión firmado con Cencosud ya especificaba que la empresa debía realizar el «reciclado» del edificio «hasta lograr un grado de terminación similar al que poseía originariamente, incluyendo además el mantenimiento de sus fachadas exteriores, ornamentos y dispositivos conexos, durante la duración del contrato y/o de sus prórrogas«.

Como la empresa faltó a este compromiso dejando que el edificio se deteriorara, en 2014 fue demandada por el Ejército que consiguió que la Justicia le diera la razón en primera y segunda instancia.

Zanjando definitivamente la cuestión, la Corte Suprema rechazó un recurso de queja y ratificó así que «la obligación de la concesionaria subsiste incólume», con lo cual «deberá sujetar la ejecución de los trabajos de mantenimiento y restauración a las recomendaciones efectuadas por la CNMLBH» en virtud de que en 2010 el Pabellón fue declarado Monumento Histórico.

«La sentencia de la Corte es muy taxativa y – en términos de cuestiones patrimoniales- muy singular porque no sólo obliga a poner en condiciones al monumento, sino que va más allá cuando ordena que se vuelva a su estado original«, dijo Capano.

La experta explicó que «no se conocían sentencias judiciales a favor de la preservación del patrimonio arquitectónico que fueran tan contundentes«, pero «tampoco había antecedentes de llegada a la Corte«; por eso «será un caso emblemático» que, además, involucra a «una empresa privada multinacional muy importante«.

El edificio patrimonial fue construido en virtud de la Ley 6.286 «sobre la celebración de los festejos del centenario» que, entre otras cosas, dispuso la realización de cinco grandes exposiciones internacionales – Agricultura y Ganadería, Ferrocarriles, Higiene, Bellas Artes e Industria- montadas en diferentes espacios públicos ubicados en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires, entre Plaza San Martín y el Parque Tres de Febrero.

Lo que hoy se conoce como «Pabellón del Centenario» en realidad era el «Gran Pabellón Central del Servicio Postal» de la «Exposición Internacional Ferroviaria y del Transporte Terrestre» que se inauguró en julio de 1910 y pudo visitarse hasta enero de 1911.

Esta gran feria destinada a mostrar los últimos avances de la industria mecánica en pleno auge del automóvil y del ferrocarril, contó con siete grandes edificaciones desmontables de hierro y vidrio, una para cada uno de los países participantes.

De todo ese complejo que ocupaba una superficie de nueve hectáreas, sólo subsiste el Pabellón Central, un inmueble de planta rectangular con un hall de acceso abovedado que en su versión original poseía una cúpula vidriada con un remate en forma de globo terráqueo sostenido por figuras femeninas de manos entrelazadas, remates menores con forma de agujas a los lados, profusión de ornamentos y delicados trabajos de herrería en sus aberturas.

En «estado de abandono«, «hundido«, con peligro de derrumbe y visiblemente «vandalizado«, poco de lo que quedó permite evocar aquel antiguo esplendor, según describe Capano.

«El edificio tiene un deterioro más que importante y faltan hasta los pisos de pinotea. Además, las pérdidas provenientes de unos precarios baños de material que están a escasos centímetros del Pabellón, provocaron la corrosión de los metales«, contó Capano.

Completan un entorno dañino para la conservación del edificio «la aparición de un ficus que está provocando fisuras en el edificio» y la proximidad de «una rampa por la que siguen subiendo y bajando camiones cargados de materiales» cuyas vibraciones impactan en la estructura.

Por eso, Capano explica que será clave «un área de amortiguación» para la viabilidad del proyecto.

«La empresa va a trabajar sobre la materialidad mientras que el Ejército, el Ministerio de Defensa y nosotros, vamos a trabajar en la recuperación de la dimensión inmaterial de ese patrimonio que además va a sustentar el uso que se le dé«, explicó la especialista en patrimonio cultural.

Los festejos del Centenario se llevaron a cabo bajo el estado de sitio declarado por el entonces presidente José Figueroa Alcorta ante lo que era un creciente malestar social, que se traducía en huelgas y atentados anarquistas.

Eran tiempos de auge del modelo agroexportador en que el país se había convertido en una de las economías más pujantes y poderosas del mundo mientras recibía grandes oleadas migratorias provenientes de Europa.

«Había celebraciones por un lado y luchas de trabajadores y trabajadoras que reivindicaban sus derechos en el contexto de un estado de sitio, un aspecto que suele no mostrarse, porque parece que esa época todo era progreso hasta que vinieron los grandes golpes como la primera guerra mundial, y todo esto tiene que estar reflejado (en este monumento)«, concluyó.

Fuente: Télam – Autor: María Alicia Alvado 

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