Historias sobre los mandriles del zoológico de palermo

Los mandriles (Mandrillus sphinx) son primates amenazados, que se distribuyen en las selvas tropicales de África Occidental, desde Guinea Ecuatorial hasta Congo. Son monos corpulentos y con una cara muy llamativa pintada de azul y rojo.

Hoy en día, la historia de estos primates en el Jardín Zoológico de Buenos Aires (JZBA) vuelve a ser la misma que hace 16 años atrás: un solo ejemplar de esta especie languideciendo frente al público.

En 1995 moría “Mingo”, un mandril macho, adulto, que pasaba sus horas en el legendario “Monario Azul”, edificio que hoy, pintado de amarillo, ha sido puesto arquitectónicamente en valor y desafectado del mantenimiento carcelario de cualquier criatura. 

En su último año de vida tuve oportunidad de observar su conducta, la cual no era muy diferente a la de un espécimen embalsamado, salvo que Mingo de vez en cuando pedía comida al público, caminaba unos pasos para la derecha otros hacia la izquierda y listo. 

A los 5 años de su muerte, el JZBA adquirió 3 ejemplares: 1 macho adulto, 1 macho juvenil y una hembra adulta. Ellos fueron alojados en un edificio inaugurado en 1938 y que en los años noventa supo alojar a 10 ejemplares de distinto sexo y edades de la especie de primate del sudeste asiático macaco cola de cerdo (Macaca nemestrina), los cuales “se esfumaron” en la historia del paseo palermitano.

En 2006, el macho juvenil, devenido en adulto con sus 11 años de edad, fue “entregado” a un zoológico en la provincia de Tucumán, para ser exhibido en una jaula: hoy nada se sabe de él.

Recientemente, en febrero de 2016, de manera “curiosa”, murió el macho adulto de aquella partida de 3 nacidos en el zoológico de Tel Aviv y llegados a Buenos Aires en 2000.

Ahora como con “Mingo”, la historia se repite, un ejemplar solitario, en este caso una hembra, que comenzará a lidiar con la soledad y la desatención hasta que algo misterioso pase con ella.

Debemos comprender que los paseos zoológicos son expresiones culturales anacrónicas que no están preparados para el bienestar animal siendo sumamente negligentes en el mantenimiento de los mismos.  

Aldo Mario Giudice (biólogo) – Foto: Web Zoo Bs.As.