La Abadía presenta -Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino-

A partir del sábado 16 podrá visitarse la nueva exposición del espacio cultural La Abadía, Gorostiaga 1908 Palermo, compuesta por una meticulosa selección de objetos arqueológicos de cerámica, piedra y metal pertenecientes a la Colección de la Cancillería Argentina, acompañados de tres piezas del Museo de La Plata, que replantean el dilema «obra de arte» vs. «pieza arqueológica».

El miércoles 13 se realizó la presentación de la nueva exposición de La Abadía – Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos, espacio cultural en el barrio de Palermo, que estará abierta al público a partir del sábado 16 a las 12h. 

La apertura, estuvo a cargo de su Director General, Sebastián Blanco, de la Directora del Centro de Arte, Teresa Pereda y de su Curadora María Alba Bovisio. Se nos introdujo primero en la corta historia de este espacio, que fue inaugurado el año pasado, enmarcado por la cultura del encuentro, por el compromiso social y por el estudio y profundización en la identidad latinoamericana. Esta es la segunda muestra que aquí se realiza, la primera muestra «Tierra de encuentros, cielos, colores. Arte de Sudamérica hoy y ayer» y continuamente se realizan actividades tales como charlas, talleres, y hasta una orquesta infantil. El edificio donde se inserta este espacio es un antiguo monasterio benedictino que conserva en su arquitectura y en su espíritu valores trascendentes y motivadores. Luego llegaron los agradecimientos a la gente que hizo posible que las «Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino» llegara a mostrar una historia que abarca desde el año 500AC hasta el 1300 aproximadamente.

La Abadía - Director General, Sebastián BlancoLa Abadía - Directora del Centro de Arte, Teresa PeredaLa Abadía - Curadora Curadora María Alba Bovisio




María Alba Bovisio, recorrida por las salas y explicación de la muestra

Las Formas de lo Sagrado, nos vincula con la religiosidad del noroeste argentino, ya sea por tratarse de objetos que explícitamente están vinculados a prácticas rituales como el consumo de alucinógenos (a través de pipas y morteros para moler el cebil) o bien porque son objetos de una excepcionalidad plástica que permite vincularlos con la materialización de las «wakas» ancestrales, concepto tomado sobre los estudios de religiosidad andina en general, justamente por la pertenencia del noroeste argentino al mundo andino. Waka es toda entidad sagrada, indisolublemente ligada al ancestro que es considerado el origen del grupo, en un sentido amplio, no sólo el origen del grupo humano, sino el origen de todo lo que vibra en todo el territorio como una unidad (hombres, animales, plantas). 

La Abadía - Curadora María Alba Bovisio

La colección de Cancillería es una magnífica colección de la cual estará exhibido sólo el 20%. La selección se hizo buscando el material más excepcional que pone énfasis en la diversidad de la materialidad del arte prehispánico. En general el arte precolombino se piensa vinculado a la cerámica y en la muestra se pone énfasis en el metal, en la piedra (que ocupa un lugar clave en el arte de esa época), y hay cerámica también. 

La primera sala se titula «Objetos de Prestigio» porque todos los que allí se muestran son objetos de una excelencia plástica absoluta. Allí están los vasos de piedra, los suplicantes (esculturas de complejidad técnica absoluta porque han sido tallados, lijados y perforados con materiales de piedra) y las placas de bronce que están hechas con otra compleja técnica que es la cera perdida. Todos objetos excepcionales porque hay muy pocos (a lo sumo alcanzan una treintena) hechos con técnicas muy complejas y son muy particulares en su iconografía, es decir, en lo que aparece representado. Objetos usados por los chamanes y que están vinculados con el prestigio que detentan como representantes del ancestro fundador del grupo. Algunos objetos actúan como objeto de prestigio y no como objeto funcional. La piedra, el textil y el metal, han estado siempre vinculados en el mundo andino a objetos de prestigio, de autoridad y de transmisión de 

La Abadía - Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino

mensajes religiosos; éstas tres materialidades, además, están asociadas a tecnologías complejas que implican saberes que no están sólo vinculados a la destreza sino a saberes que tienen que ver con un conocimiento que implica un poder y un prestigio. En las piezas se pueden observar antropomorfos, saurios, felinos de larga cola con orejas con adornos circulares que pueden estar vinculados a los jaguares. También se encuentran imágenes vinculadas al poder del chamán: serpientes, jaguares, pumas y yacarés, todos cazadores crepusculares, con la capacidad de cazar en la oscuridad, todos tienen la posibilidad de volverse invisibles en el sentido de mimetizarse con el medio, de mutar, todos tienen armas en su anatomía: garras, colmillos, veneno… todos poderes suprahumanos que pueden haber estado asociados a ese poder sagrado de las wakas ancestros. Y aparecería entonces, como posible emblema de autoridad la imagen de un antropomorfo con estos animales asociados a ese poder sagrado. A veces los antropomorfos presentan rasgos de los animales: fauces, o en la anatomía misma con un reticulado asociado a los saurio. 

Los suplicantes expuestos son de alta calidad plástica, se han encontrado treinta piezas nada más, pero son piezas que siempre se exhibieron de pie y en esta oportunidad han decidido jugar poniendo una de pie y otra apoyada para poner en evidencia cómo adquiere, según en qué posición se mire, una posición humana o zoomórfica (humano – animal). Por otro lado hay piezas con vientres aumentados, o con grandes falos, lo que permitiría plantear la hipótesis de que el discurso que gira entre lo humano y lo animal, la fertilidad en tanto a falos y vientres abultados, podría tener que ver con esta idea del ancestro como origen de la vida y podrían haber estado o en las tumbas de los chamanes o haber tenido una posesión el chamán. El curaca-chaman detenta su autoridad en tanto y en cuanto es representante de ese ancestro.

Los vasos de piedra, excepcionales, se han encontrado pocos, eran utilizados por los chamanes en rituales, podrían haber contenido chicha mezclada con cebil, sustancias psicoactivas. 

Las piedras de esta sala son del período formativo (500AC y 450DC) y las placas de bronce son del período medio (450 y 900). 

La Abadía - -Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino-

La segunda sala, la Litomorfización del ancestro, que se puede materializar de distintos modos. Uno fundamental es la piedra. El NOA presenta varios menhires (Parque de los Menhires en Tafí del Valle que no respeta el emplazamiento original). Los menhires, se presentan en el centro de las aldeas, demarcando la territorialidad, como expresión del ancestro de los derechos de territorialidad sobre ese territorio. La pieza que se exhibe en esta sala nunca había sido expuesta, pertenece al Museo de La Plata, estaba en el depósito, y lamentablemente está fragmentado. El tamaño de los menhires varía: puede haber desde metro, metro y medio, hasta tres metros, es lo más alto que se ha verificado. En algunos casos se identifica un rostro humano y un tocado que llega hasta los ojos, o sea el chamán como identificación del ancestro. En la Sala de Transformación Chamánica vamos a ver piezas que creemos podrían haber sido representaciones de chamanes que también tienen estos tocados que llegarían como hasta los ojos. También hay morteros, para moler el cebil, que tienen esta misma iconografía. Vale decir que hay toda una serie de materiales que se vinculan con esta iconografía y que podrían tener que ver con el chamán como encarnación del ancestro. Por un lado están los menhires y también hay una cantidad de objetos, excepcionales como los anteriores, que son las máscaras que al observarlas de cerca se aprecian que todas tienen perforaciones que nos hacen pensar que podrían haber estado atadas al fardo funerario; la única que se encontró en contexto fue una hallada a los pies del fardo. Eso nos permite pensar a las máscaras y a las esculturas como wankas, que habla de una posible materialización del ancestro en piedra, un doble del ancestro que no es sólo ese cuerpo enfardado que remite al ancestro sino que tiene una diversidad de materialidades y una de ellas es la piedra. Hay una pieza muy interesante que tiene de un lado senos y marcada la vulva y del otro lado tiene falo, lo que la hace una muestra iconográfica excepcional. Acerca del período, sabemos que la piedra no se puede datar, pero podemos ubicarla en el período formativo, 500AC y el 450DC, son materiales tempranos. La pieza presenta pequeños huequitos que podrían haber servido para fabricar polvito de cebil pero también podría haber servido ella misma como mano de mortero (por su terminación redondeada) pero también tiene una iconografía que remite al principio de lo masculino-femenino también como origen de la vida, lo que nos permite vincularlo al tema del ancestro. 


Las piezas no han sido encontradas en contexto, al igual que los menhires, fueron «wakeados».

Tercera sala Transformación chamánica. Aquí sí hay mucha evidencia arqueológica de hallazgo de pipas, morteros, en el noroeste argentino hallazgos en crónicas tardías que hacia el siglo XVIII mencionan que los indios tenían costumbre de consumir en pipas, o sea que desde el período temprano hasta el período tardío existió la práctica del consumo ritual de alucinógenos. En esta sala se tienen algunos ejemplos de las pipas que servían para fumar el cebil. El cebil es un árbol que crece en el NOA, hay bosques en Catamarca, en La Rioja, en Salta, y tiene una vaina de la cual se sacan las semillas, que se tuestan y luego, de acuerdo al modo de molerlas, se pueden inhalar en tabletas o fumar. La práctica más extendida en el NOA es fumar, a diferencia de Bolivia donde aparecen muchas tabletas. Las pipas pueden ser de piedra o cerámica. Una de las piezas es un hornillo, una pipa, en la que aparecen animales en términos conceptuales (no es que adoraban a esos animales, sino que habla de algunos «poderes» de esos animales y que podría adquirir el chamán en el momento del trance, cuando consume el cebil; por ejemplo, la dilatación de la pupila que aumenta la capacidad de ver en la oscuridad, en el momento en que en trance, el chamán encarna a la waka ancestro. En una de las piezas aparece un felino pero con rostro humano. Hay una variedad de iconografía antropozoomorfa: cuerpo de felino y cabeza humana o rostro humano con una boca dentada muy ambigua y un cuerpo felínico, si bien parecen animales están en una posición que los antropomorfisa, los humaniza. 

En esta sala hay también una pieza maravilla muy excepcional en su iconografía que es un personaje que se está sacando su máscara, como en el momento en que el chamán deja de ser el que es y pasa a ser esa waka ancestro.

Es material del período formativo y el período medio. 

La última y cuarta sala dedicada a la Cabeza trofeo o culto a la cabeza. En esta sala encontramos artículos de metal. Campanas, hachas, bronces, trabajadas con técnicas de metal fundido en moldes. En todos los Andes aparecen iconografías de cabezas, cabezas sueltas, personajes llevando cabezas de los cabellos. Pero cabezas completas sólo se han encontrado en la costa peruana por las condiciones de sequedad. Cabezas que fueron obtenidas por decapitación de un enemigo, de jerarquía, a la que se le retiran tejidos blandos, se rellena para que se conserve el rostro, se cosen la boca y los ojos, y se le pasa una cuerda. Esto en la costa peruana donde hay evidencia geológica e iconográfica. En el resto de los Andes, inclusive el NOA, aparecen cráneos sueltos, pero no siempre está claro, si ese cráneo es resultado de una decapitación o de remoción post-morten. Eso ha planteado no sólo en la cabeza trofeo como algo ritual sino también en la hipótesis del culto a la cabeza del ancestro. En muchas culturas, donde la ancestralidad es clave, aquél lugar donde se aloja el principio vital, encontramos esta doble cuestión: la captura de la cabeza del prisionero porque le va a proveer sus cualidades a quien la captura y a todo su grupo, paralelamente, poseer la cabeza del ancestro implica también permite seguir vinculado al ancestro y a su cabeza. 

En el NOA las evidencias arqueológicas son ambiguas y hay sí iconografía de cabezas que se despliega y plantea alguna duda. Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con las hachas, que no cortan, son hachas como símbolo de prestigio, no tienen una función práctica, creemos que en tanto símbolo de prestigio podemos pensar a estas cabezas más asociadas al culto al ancestro que a la decapitación ritual. 

En el caso de los discos que exhibidos, y que podrían haber sido usados en batallas, sobre palos, para reflejar el sol o para generar determinados ruidos y cuando aparecen cabezas asociadas podemos pensar en el culto a la decapitación de la cabeza de los enemigos. Estos materiales son del período tardío, momento en que se exacerban las guerras y las disputas territoriales, momento en que se construyen los pucarás, cuando se trasladan las aldeas a las zonas altas para protegerse. Entonces, podemos suponer que estos materiales producidos en épocas en que hay guerras están más asociados a las decapitaciones rituales. 

Otra pieza es la denominada El Sacrificador, el personaje tiene una enorme hacha y en la otra tiene una cabeza, o sea que aquí sí se habla de la decapitación ritual. Hay que aclarar que la decapitación ritual no necesariamente se hace en época de guerra. Es probable que esta pieza haya sido del final del período medio, una época en la cual no hay mayores conflictos bélicos. Es estilo aguada, después pierde fuerza la piedra y adquiere mucha fuerza el metal. 

La idea de esta sala, salvo en el caso de El Sacrificador, cuya figura es muy elocuente, es abrir una nueva clave de lectura porque hasta ahora siempre se asoció cualquier cabeza o cara humana suelta, sólo con la cabeza trofeo. La propuesta es pensar que en una zona donde hay una tradición cultural en la que la ancestralidad es clave, puede estar jugando también la otra hipótesis, la del culto a la cabeza del ancestro. Cuando aparecen cabezas en el NOA, aparecen los cráneos vaciados, descarnados, a veces con una perforación para poder ser transportados. 

SOBRE LA MUESTRA 

Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino, integrada por objetos arqueológicos de cerámica, piedra y metal pertenecientes a la Colección de la Cancillería Argentina, acompañados de tres piezas del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, es la segunda muestra del Centro de Arte La Abadía, y estará a disposición del público entre el 16 de julio a las 12 h. y el 30 de octubre, de martes a domingo de 12 a 20 h. 

María Alba Bovisio, su curadora, es especialista en arte amerindio prehispánico informa que se expondrá un total de 66 piezas, correspondientes a contextos que habrían estado vinculados al culto a las wakas (entidades sagradas) y a los ancestros en las culturas agro-alfareras que habitaron el Noroeste Argentino entre los siglos V a.C. y XI d.C., y que en este sentido pueden entenderse como «formas de lo sagrado». 

La muestra está distribuida en cuatro salas del Centro de Arte y se focaliza en una variedad de aspectos del culto y la religiosidad andina basándose en diseño de exposición innovador que involucra a los sentidos en tanto colores, sonidos, fotografías e imágenes especialmente seleccionados. 

«Planteamos esta reconstrucción con el gran desafío de salir de los cánones tradicionales de las muestras de arte precolombino, y de corrernos del falso dilema «obra de arte» vs. «pieza arqueológica», incorporando un lenguaje expositivo contemporáneo y que a la vez da cuenta de los usos y funciones prácticos y simbólicos de los objetos exhibidos. La combinación de diferentes elementos sensoriales busca crear atmósferas específicas que evoquen el ambiente de los pueblos del noroeste de nuestro país en épocas prehispánicas», explica Bovisio. 

«Desde el Centro de Arte ofrecemos exposiciones que, a la vez que rescatan el patrimonio artístico y cultural de los diversos pueblos de Latinoamérica, promueven un diálogo innovador, brindando una experiencia integradora entre el pasado y el presente», agrega Teresa Pereda, Directora del Centro de Arte de La Abadía. 

El horario de visitas será de martes a domingos de 12 a 20 h. El bono de entrada tendrá un valor de $ 50 y los días miércoles la entrada será libre y gratuita. Para jubilados, el ingreso será de $ 30, mientras que los estudiantes gozarán de un beneficio de dos entradas al precio de una. Las personas con movilidad reducida tendrán entrada gratis. 

El equipo curatorial llevará adelante visitas guiadas los sábados y domingos a las 16 h. Paralelamente al desarrollo de la exposición, el Centro de Estudios de La Abadía prepara una serie de actividades y cursos centrados en la cultura de los pueblos del Noroeste Argentino. Habrá, además, actividades de Vacaciones de Invierno, pensadas especialmente para niños. Para mayor información e inscripciones, los interesados deberán ingresar a www.laabadia.org. 

CURADORÍA 

María Alba Bovisio, es Doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en la especialidad en Historia y Teoría de las Artes. En dicha facultad se desempeña, desde hace 25 años, como docente e investigadora en la cátedra de Historia del Arte Precolombino. Ejerce también como docente titular de Arte Amerindio Prehispánico en la Maestría en Historia del Arte del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín. Como becaria del CONICET y de la Secretaria de Ciencia y Técnica de la UBA desarrolló sus investigaciones sobre arte prehispánico del NOA. 

Actualmente dirige el proyecto Perspectivas ontológicas en imágenes plásticas del noroeste argentino: un abordaje interdisciplinar en el marco del Programa de investigación científica 2016/19 de la Secretaria de Ciencia y Técnica de la UBA. 

Ha publicado numerosos artículos y presentado papers en congresos nacionales e internacionales sobre arte prehispánico andino, del Noroeste Argentino y de Latinoamérica en general, entre otras temáticas abordadas. 

LA ABADÍA 

La Abadía Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos (Gorostiaga 1908, CABA) es un espacio dedicado a fomentar la cultura del encuentro y del compromiso social profundizando y desarrollando la identidad de nuestra región.   

La Abadía propone un aporte original para la Ciudad de Buenos Aires, que busca suscitar la reflexión y la producción cultural y artística en beneficio de la comunidad. 

Con una marcada identidad latinoamericana, La Abadía ofrece una experiencia vital de encuentro entre los creadores, espectadores y promotores de la cultura en sus distintas manifestaciones. Esta identidad se ve plasmada en tres programas complementarios: el Centro de Arte, el Centro de Estudios, y la Orquesta Infantil. 

Para más información visite: http://laabadia.org/

Las Formas de lo Sagrado. Arte Precolombino del Noroeste Argentino

Fecha: del 16 de julio al 30 de octubre de 2016
Lugar: La Abadía. Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos (Gorostiaga 1908, CABA)
Curadora: María Alba Bovisio
Horarios: de martes a domingo de 12 a 20 h.
Bono de entrada general: $50 (Entrada libre y gratuita los días miércoles)
Jubilados: $30
Estudiantes: 2×1
Personas con movilidad reducida: Sin cargo