La Floralis Genérica volvió a abrir y cerrar sus pétalos

Tras seis años de inactividad volvemos a ver en funcionamiento la Floralis Genérica que se encuentra cercana a la Facultad de Derecho, en el barrio de Recoleta. El evento de inauguración, de carácter gratuito, comenzó pasadas las 18 en la Plaza de Las Naciones. El espectáculo, denominado «Buenos Aires en Flor» ofreció además una pantalla gigante de agua con efectos visuales en el cual actuaron los músicos Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale. La estructura funcionó brevemente, luego de su inauguración en 2002, pero se rompió y desde entonces estuvo inactiva.

La Ciudad montó un espectáculo visual donde actuaron los músicos Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale festejando que la Floralis Genérica, la escultura metálica instalada cerca de la Facultad de Derecho, volvió a abrir y cerrar sus pétalos después de permanecer seis años inactiva.

La escultura no funcionaba por «un desperfecto mecánico», según informó el gobierno porteño pero fue reinaugurada en el marco de un show gratuito previsto que comenzó a las 18 en la Plaza de las Naciones Unidas, donde está ubicada la obra del arquitecto Eduardo Catalano.

Los trabajos de recuperación, que comenzaron en septiembre del año pasado, fueron promovidos por el gobierno porteño y contaron con el apoyo de la empresa OCA, que se hizo cargo del mecenazgo de esta obra, y de los ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Las tareas incluyeron el arreglo del pistón subterráneo, que permite que los pétalos se abran y alcancen un diámetro de 32 metros, el apuntalamiento preventivo de cada uno de los seis pétalos de 3.500 kilos de peso y 22 metros de altura, y el arreglo de los motores de la fuente que rodea a la escultura.

Asimismo, se repararon los sensores de viento y agua que hacen que los pétalos se cierren cuando hay mucho viento y lluvia, y se reforzaron las estructuras que componen los pétalos con placas de aluminio y soldaduras, para que puedan soportar fuertes tormentas.

La Floralis Genérica funcionó brevemente, luego de su inauguración en 2002, hasta que el mecanismo se rompió debido a que uno de los pétalos fue vencido por los vientos de una fuerte sudestada, lo que provocó la descompensación de toda la estructura.

El gobierno porteño informó que, desde entonces, los intentos de reparación fueron «infructuosos» debido a que la empresa Lockheed Martin Aircraft, que la había construido, se fue del país, sin dejar planos. A este inconveniente se sumó el fallecimiento de Catalano, diseñador y donante de la obra.

Finalmente, el año pasado fue posible reconstruir el diseño original, reparar el mecanismo y corregir las fallas de calibrado de la estructura tras el apoyo de la empresa OCA y el soporte técnico de los ingenieros de la UTN.

Floralis Genérica

Es una escultura móvil de acero y aluminio, donada a la ciudad por el arquitecto argentino, Eduardo Catalano, radicado en los EE.UU. quien eligió el nombre como síntesis de todas las flores del mundo, expresando el deseo de que sea «La esperanza de una eterna primavera para nuestro país».

Se encuentra emplazada en la Plaza Naciones Unidas, Av. Figueroa Alcorta y Austria, en el barrio de Recoleta.

Se inauguró el 13 de abril de 2002, remodelación de la plaza incluida con la intención de contribuir a la estética de Buenos Aires. 

El autor expresó que su flor simboliza la esencia de la naturaleza en una ciudad particularmente furiosa. 

En septiembre de ese año, comprometido culturalmente en forma permanente, asume el padrinazgo la Fundación Tetra Park, encargándose de su cuidado y mantenimiento, cómo además de organizar eventos culturales y artísticos con fines solidarios destinados a los comedores comunitarios. 

El Arq. Eduardo Catalano, detalla que Floralis significa que pertenece a la flora y por ende a las flores, y Genérica deriva del concepto «género» e indica que representa a todas las flores del mundo, expresando: «Hacía tiempo que deseaba concebir una estructura móvil que se abriera, se cerrara o se expandiera. Un atardecer de verano, trabajando en mi jardín de invierno un prisma de vidrio de tres pisos de altura, noté que una gran flor roja de la especie Hibiscos comenzaba a cerrarse. Me senté y, sin saber por qué, dibujé una flor geométrica concebida para ser construida a una gran escala». 

Su estructura y funcionamiento insumió, en su momento, un costo total de 500 mil dólares, incluido traslado e instalación. 

Esta obra de 18 toneladas consta de seis pétalos metálicos realizados en aluminio y acero y está rodeada por una fuente de agua de 44 metros de diámetro. 

Los movimientos de la obra son controlados por un «sistema lógico de control» que regula en forma automática la apertura y el cierre en horarios predeterminados, con movimientos que duran 15 minutos cada vez. 

La flor permanece dormida en la oscuridad de la noche y también cierra sus pétalos para protegerse cuando la velocidad del viento supera, por 60 segundos, los 80 kilómetros por hora. 

Hay cuatro noches especiales en los que los pétalos quedan abiertos: 25 de Mayo, 21 de Septiembre, y 24 y 31 de Diciembre. 

Además la obra posee sistemas de iluminación externa de la flor, del fondo de la fuente y de los senderos peatonales de binder. 

Su iluminación El tiempo promedio (tomando invierno y verano) de encendido diario es de cinco horas. Iluminación «interna» de pétalos y pistilos: 12 reflectores de 150W y 2 de 400W, ambos con lámparas de descarga de mercurio. 

Iluminación «externa» de pétalos y espejo de agua: 36 reflectores sumergibles con lámparas PAR de 300W y 12V. 

Iluminación de la cascada del espejo de agua: 30 reflectores para intemperie con lámparas PAR de 300W y 12V. Elegirla como Motivo de Tapa de la presente edición de Revista Letreros es para resaltar lo que su autor expresa: «La esperanza de una eterna primavera para nuestro país.»