El gobierno porteño tiene la intención de reiterar el contrato con el bar del museo Sívori ubicado frente al Rosedal de Palermo. El Salón Pueyrredón, Santa Fe 4560, anuncia que el 12 de agosto habrá una nueva edición del ciclo de lecturas Literapunk y que el viernes 14 la Revista NAN organiza un encuentro de bandas y editoriales. Se presentará último libro del periodista Hernán Panessi, Porno Argento, en el Museo de la Lengua, en Avenida Las Heras 2555 en el barrio de Recoleta. El aromo de Manuelita Rosas, que persiste escondido en la esquina de Sarmiento y Libertador, recuerda las guerras entre unitarios y federales.
Renovarán el bar del Museo Sivori
El gobierno de la Ciudad, a la par de otras concesiones, busca renovar el contrato con el bar del museo ubicado en los Bosques de Palermo.
De acuerdo a la Disposición N° 77 del ministerio de Desarrollo Económico que encabeza Francisco Cabrera, el gobierno porteño concesionará 7 espacios públicos para actividades privadas, que van desde la instalación de kioscos y confiterías hasta la explotación de canchas de fútbol 5, vóley y básquet.
En este contexto, el gobierno de la Cuidad va a renovar el contrato de explotación del bar que funciona en el Museo de Artes Plásticas «Eduardo Sivori», en los bosques de Palermo.
Este museo tiene un patrimonio de cuatro mil piezas de arte argentino de los siglos XX y XXI que exhibe en exposiciones temporarias junto a la de artistas contemporáneos que no siempre integran su colección. A modo de complemento funciona en sus instalaciones un bar que ofrece varios servicios a quienes asistan al Sivori.
Es en el marco de una serie de permisos que quiere dar el gobierno porteño a privados. Esta iniciativa también alcanza al Planetario, el cual tendrá, según el texto oficial, un bar privado en sus instalaciones.
El Ejecutivo local también piensa, según el Boletín Oficial, en la ex confitería Munich, en la Costanera. También renovarán Los permisos están previstos por cinco años para evitar el control de la Legislatura.
El ex legislador Facundo Di Filippo afirmó que en la convocatoria se repiten las empresas y «se incorporan predios que no estaban en concesión». Por esto denunciaron al gobierno en el fuero penal, según Diario Z.
Se pretende otorgar a privados la explotación de canchas de fútbol 5 y fútbol 7 en el Polideportivo Anega, en Villa Devoto. En el Polideportivo Colegiales, en la calle Freire, se quieren entregar canchas de fútbol, básquet y vóley. La convocatoria contempla además dar los terrenos sobre la calle Pedernera, bajo la autopista 25 de Mayo, para hacer «complejos deportivos».
Dos grandes fechas en el Salón Pueyrredón
El 12 de agosto a las 20 se hará una nueva edición del ciclo de lecturas Literapunk en Santa Fe 4560. El viernes 14 la Revista NAN organiza un encuentro de bandas y editoriales.
El miércoles 12 de agosto el Salón Pueyrredón realizará una nueva edición de su ciclo de lecturas Literapunk. Hasta la fecha están confirmadas las presencias de Flor Codagnone, Carolina Massola, Lala Toutonian, Nuria Nuy, Lamar Embravecida, La Negra Negro, más una banda sorpresa. Musicalizan la jornada Lenny & Carl, y Psicodelic Times.
Dos días más tarde, la Revista NAN (Noticias de las Artes Nuestras) organiza una nueva edición de su ciclo NANvivo. Tocarán en el escenario del Salón, Las Bodas Químicas, Riel, Surfing Maradonas, Temporada de Tormentas. Además habrá una feria autogestiva con libros, fanzines y discos de emprendimientos culturales independientes. Apoyan la iniciativa: Revistas Culturales Independientes, Fuego Amigo Discos y Discos Dojo.
NAN es una publicación bimestral sobre arte y sociedad. Nacida en 2006 con un blog como plataforma y volcada al papel desde 2010 (tras resultar ganadora de un concurso de revistas culturales organizado por la Secretaría de Cultura nacional), es un medio autogestivo preocupado por difundir emergentes artísticos y proponer nuevas lecturas de temas de contexto.
En ambos casos va a transmitir las jornadas la radio digital del Salón Pueyrredón, que emite online las 24 horas desde el enlace ttp://radiodesalon.com/
Presentan Porno Argento en el Museo de la Lengua
El martes 11 de agosto desde las 19 habrá una charla para presentar el último libro del periodista Hernán Panessi.
El martes 11 de agosto se presenta en el Museo de la Lengua (Dependiente de la Biblioteca Nacional), ubicado en Avenida Las Heras 2555, el libro Porno Argento, del periodista Hernán Panessi.
¿El cine porno fue un invento argentino? Todo indica que sí, según Hernán Panessi, periodista especializado en el cine nacional triple X, quien luego de años de ardua labor vuelca en este libro cientos de secretos peligrosos, anécdotas bizarras, situaciones extremas y detalles increíbles jamás contados.
En Porno Argento se cuenta por primera vez la loca aventura de filmar sexo en nuestro país, desde principios de siglo, cuando una cámara indiscreta comenzó a registrar aquello que se consideraba tabú, hasta los coloridos y delirantes años ochenta, época en la que los primeros VHS empezaron a asomar desde las estanterías más altas de los videoclubs, destacan los organizadores de la presentación.
Porno Argento es, además, un detallado catálogo de actrices, actores, directores y un sinfín de personajes inverosímiles que se animaron a formar parte del género más controversial que pudo dar el cine. Porno Argento incluye una guía de películas recomendadas, para no perderse ninguna de las obras maestras que alguna vez alguien realizó y merecen ser vistas, señala la convocatoria.
«Todo lo que siempre quisiste saber sobre el cine porno argentino, pero temías preguntar, está aquí, finalmente entre tus manos», concluyen para invitar al encuentro de este martes 11 de agosto en el Museo de la Lengua.
Hernán Panessi es periodista. Escribe en el Suplemento NO del diario Página 12 y conduce el programa FAN Cultura Pop en Radio Colmena (emisora del Centro Cultural Matienzo). Además ha escrito el libro Periodismo Pop, donde vuelca sus conocimientos sobre la cultura de masas referida al espectáculo y entretenimiento.
El aromo de Manuelita Rosas: a la sombra del perdón
Un árbol escondido en la esquina de Sarmiento y Libertador recuerda las guerras entre unitarios y federales.
Una charla de padre a hija, a la sombra de un aromo frente a un caserón en las afueras de la Buenos Aires antigua. De lejos la postal inspira ternura. Sin embargo, al parar la oreja asoma el horror. Más seguido de lo que hubiera deseado, Manuelita Rosas rogó al imperturbable Restaurador de las Leyes por la vida de disidentes políticos. Casi siempre, el caudillo de la Confederación hacía lugar a sus pedidos.
Este entretelón de la política argentina del siglo XIX ocurría a la sombra de un aromo, cuyo retoño hoy se encuentra escondido en el cruce de Libertador y Sarmiento. Este sitio histórico fue parte del caserón Palermo de San Benito, residencia de Juan Manuel de Rosas, quien gobernó dos veces la provincia de Buenos Aires con facultades extraordinarias y la suma del poder público (1829-1832 y 1835-1852). En aquella época de caudillos, gauchos y militares enfrentados a muerte, Manuela (1817-1898), la joven que luce rosada y punzó en el billete de veinte pesos junto al Restaurador, además de ser anfitriona de políticos y diplomáticos, cumplió «el rol de la misericordia» con los opositores de su padre, según cuenta la historiadora María Sáenz Quesada en «Mujeres de Rosas».
Los suplicantes, acusados de unitarios y conspiradores, salían de la aldea porteña y cabalgaban hasta Palermo por la senda de tierra que hoy es avenida del Libertador. Manuelita, que ejercía como virtual primera dama tras la muerte de su madre Encarnación en 1838, los recibía entre risas. Los escuchaba paciente. «Los asuntos personales de importancia, como confiscaciones de bienes, destierros y hasta condenas de muerte, se ponían en sus manos como postrer esperanza de los caídos en desgracia», evoca William Mac Cann, cronista inglés que visitó el caserón a fines de los años 40. Esta rutina, junto a sus charlas con el Restaurador bajo el aromo, convirtió a la joven en mito popular. Hasta Carlos Gardel llegó a cantar en su honor. «Es su ángel de la guarda Manuelita, y la ley no resiste a su bondad», voceaba en el vals criollo «La virgen del perdón».
El caso más famoso fue la muerte de Camila O’Gorman, quien mantuvo un amor prohibido con el cura Uladislao Gutiérrez. Manuelita rogó por la suerte de su amiga ante el Restaurador, quien se mostró inflexible y ordenó fusilarlos el 18 de agosto de 1848 en los Santos Lugares de Rosas (hoy San Martín).
Para los opositores, como Domingo Sarmiento, Rosas hacía un uso político de su hija, incluso con los ruegos al pie del aromo. Otros elogian que ella daba «consuelo al infortunio sin medida», tal como reza un soneto de Vicente Martínez Fontes. En medio de críticas y vivas, la joven llevó una intensa vida social en Palermo. Disfrutó paseos en bote, cabalgatas y bailes de mulatas candomberas; siempre junto a «lo mejor de Buenos Aires», según recuerda su primo, el escritor Lucio Mansilla.
Así fue hasta la batalla de Caseros, cuando las fuerzas del federal entrerriano Justo José de Urquiza, con apoyo extranjero, derrotaron al Restaurador. Ocurrió el 3 de febrero de 1852. Ese día Manuelita «vivió la hora más angustiosa de su existencia», según el historiador Carlos Ibarguren. Dejó Palermo al anochecer para no volver jamás. Se reunió con Rosas, abatido, en una legación inglesa del centro. Esa madrugada padre e hija marcharon a Inglaterra. En Europa ella inició una nueva vida. Se casó con su prometido de juventud, fue madre y tuvo una vejez tranquila.
En Palermo, el caserón de Rosas fue confiscado. Tuvo diversos usos oficiales y el 11 de noviembre de 1875 el presidente Sarmiento inauguró allí el Parque Tres de Febrero, nombre que evoca la derrota en Caseros. Con esa misma idea, el presidente Julio Roca y el intendente de Buenos Aires, Adolfo Bullrich, avalaron dinamitar el edificio. Lo hicieron, luego de un asado, el 3 de febrero de 1899 a las cero-cero. En el número 18 de la revista Caras y Caretas, aparecida al día siguiente, además de mostrar la última foto del lugar, Fray Mocho condenó el «atentado» de destruir «de un puntapié algo que a los sabios del futuro les costará muchas vigilias reconstruir».
Donde estaba la habitación de Rosas pusieron la estatua de Sarmiento hecha por Rodin. No obstante, el aromo de Manuelita, ubicado a unos metros, sobrevivió a la voladura y el paso del tiempo. Casi un siglo quedó en el olvido hasta que el 19 de septiembre de 1974 la Ciudad dispuso (con la Resolución Nº 29.670) resguardar su entorno, colocar una verja de hierro y situar una placa que reza: «Aromo de Manuelita. Lugar histórico testimonio de una de las épocas más importantes de la vida nacional».
En la actualidad, escondido por la arboleda palermitana, el aromo del perdón aún da sombra, como en los años donde una charla de padre a hija condensó la violencia política del siglo XIX.
Juan Manuel Castro