Operativo Calor en la ciudad ante las altas temperaturas

Operativo Calor en la ciudad ante las altas temperaturas
Operativo Calor en la ciudad ante las altas temperaturas

En los puestos móviles de asistencia se entrega a los vecinos agua mineral, frutas y barras de cereales. Además, se brinda atención médica primaria. Pero el calor no solo afecta a la presión y a la deshidratación, sino que también afecta a la piel y a los ojos. El golpe de calor puede afectar a personas de cualquier edad, pero los grupos de mayor riesgo son los niños y los mayores de 65 años. Consejos a tener en cuenta.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires implementa el «Operativo Calor» para prevenir los efectos que provocan las altas temperaturas.
 
A través del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat se instalaron puestos móviles de hidratación en la vía pública y en los lugares de alta concentración de la Ciudad.
 
Estos puestos entregan a los vecinos agua mineral, frutas y barras de cereales, y cuentan con enfermeras que realizan controles sanitarios, examinan el peso, el índice de masa corporal, la presión arterial y el nivel de glucemia.
 
Los 34 hospitales, los 45 Centros de Salud y Acción Comunitaria (CESACs) y el SAME están preparados para atender las urgencias que puedan ocasionarse producto de las altas temperaturas.
 
El operativo, enfocado principalmente en los sectores de riesgo de la población como mujeres embarazadas, bebés y adultos mayores, apunta a la prevención ante posibles golpes de calor que pueden presentarse debido a las altas temperaturas. 
 
Es importante destacar que el plan se ejecuta también en las más de 30 Estaciones Saludables y en las carpas del programa La Tercera en la Calle ubicadas en distintas plazas de la Ciudad.
 
Para evitar el golpe de calor, especialmente en los grupos de mayor riesgo, se recomienda tomar mucho líquido e ingerir alimentos livianos como frutas y verduras.
 
El golpe de calor puede afectar a personas de cualquier edad, pero los grupos de mayor riesgo son los niños – que no manifiestan sus síntomas con facilidad – y los mayores de 65 años.
 
Ante las altas temperaturas, el Ministerio de Salud de la Ciudad recomienda: 
 
– aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed, para mantener una hidratación adecuada; 
– reducir la actividad física
– evitar exponerse al sol en exceso, principalmente entre las 11 y las 17; 
– usar cremas de pantalla solar con factor protección o más y renovar la aplicación periódicamente; 
– evitar bebidas alcohólicas o muy azucaradas; 
– evitar comidas muy abundantes; 
– ingerir verduras y frutas; reducir la actividad física; 
– usar ropa ligera, holgada y de colores claros, anteojos oscuros y sombrero; 
– permanecer en espacios ventilados o acondicionados.
 
Una ola de calor es un fenómeno climático que se caracteriza por presentar temperaturas extremadamente cálidas. Cuando la temperatura mínima supera los 22ºC y la máxima los 32ºC durante al menos tres días consecutivos, estamos frente a este fenómeno.
 
En caso de sufrir dolor de cabeza, vértigos, náuseas, confusión, convulsiones y pérdida de conciencia, respiración y pulso débil y elevada temperatura corporal (entre 41ºC y 42ºC), hay que trasladar a la persona afectada a la sombra y hacer que mantenga la cabeza en alto, e intentar refrescarlo mojándole la ropa, aplicarle hielo en la cabeza, darle de beber agua fresca y solicitar ayuda médica.
 
LA PIEL
 
Con la llegada del verano, las personas estamos más expuestas al sol. Por eso, es muy importante tomar ciertas precauciones.
 
Existe la idea equivocada de que el bronceado es saludable. Sin embargo, la exposición solar, a través de las radiaciones ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo.
 
Es por eso que se recomienda tener en cuenta:
 
– No te expongas al sol entre las 10 y las 17 horas.
– Usá protector solar FPS 15 como mínimo, incluso los días nublados, y aplicalo 30 minutos antes de exponerse al sol. Los niños y bebés necesitan mayor protección.
– Protegete con sombrero, ropa y anteojos.
– Tené en cuenta que exponerse en dosis pequeñas y frecuentes, broncea mejor que una exposición prolongada y aislada.
– Buscá la sombra de un árbol, techo o sombrilla.
– Recordá que las nubes dejan pasar el sol, y que la arena, el agua y la nieve aumentan su acción.
 
¿Cómo protegerse la piel del sol?
 
– Se recomienda el uso de protectores solares que impidan la agresión de los rayos ultravioletas. El factor de protección mínima es FPS 15. De acuerdo a su tipo de piel y antecedentes, su dermatólogo podrá indicarle el protector más adecuado.
– Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
– Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas, nuca y partes calvas de su cabeza.
– Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una sombrilla.
– Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben utilizarse en ellos filtros solares.
– La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y continuar toda la vida por los efectos acumulativos.
– En caso de detectar cambios en la piel, se recomienda realizar un control dermatológico para la detección temprana de lesiones.
 
SALUD VISUAL
 
En los meses de verano, el sol, las altas temperaturas, la sequedad del ambiente o el cloro de las piscinas pueden afectar la salud de los ojos, por eso debemos extremar precauciones y tomar las medidas de protección adecuadas.
 
Los procesos inflamatorios, como la conjuntivitis alérgica o irritativa, aumentan su incidencia en los meses de calor. Las radiaciones resultan dañinas para la córnea y el cristalino, además los rayos ultravioleta inducen al envejecimiento de la piel y del cristalino y pueden producir cataratas.
 
El cloro del agua de los natatorios o la sal del agua del mar puede producir irritación, en tanto que la sequedad del ambiente (tanto natural como por uso del aire acondicionado) provoca mayor evaporación de la lágrima aumentando la sensación de ojo seco.
 
Para proteger nuestros ojos debemos utilizar: 
 
– Anteojos de sol
– Viseras o sombreros
– Antiparras
– Protector solar con filtro UV
– En el caso de «ojo seco» debemos aumentar el parpadeo, en forma consciente, y de ser necesario, usar lágrimas artificiales, recetadas por el oftalmólogo. 
– Es recomendable humidificar el ambiente en caso de utilizar aire acondicionado.