Primer fin de semana de Carnaval en el barrio de Palermo

Carnaval 2018: Corsos y murgas

El Carnaval 2018 se festejará en el barrio de Palermo. Darwin entre Cabrera y Gorriti es uno de los puntos y el otro punto de reunión es la Plaza Unidad Latinoamericana, Acuña de Figueroa y Costa Rica. 

El carnaval es una fiesta popular en el mundo entero y en cada pueblo y ciudad se celebra con modalidades propias. En Argentina depende de cada región: en el noroeste del país se caracterizan por sus tradiciones indígenas pre-hispánicas; en la Mesopotamia es famoso el carnaval de Gualeguaychú y su candombe; y en la Ciudad de Buenos Aires, las murgas.

Los porteños están acostumbrados a celebrar esta época de disfraces, desfiles, y fiestas en la calle desde 1869, cuando se celebró el primer corso. En 1997 las murgas fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y trabajan todo el año para el momento del Carnaval.

Los Carnavales se llevarán a cabo, en toda la ciudad, los días:

  • Sábados 3, 10, 17, 20 y 24 de febrero y lunes 12 de febrero de 19 a 2 hs.
  • Domingos 4, 11, 18, 25 de febrero y martes 13 de febrero de 19 a 24 hs.

Pero, según el barrio, son los días de festejo.

Lugares en el barrio de Palermo:

  • Darwin entre Cabrera y Gorriti es uno de los puntos, donde la celebración se realizará los días 3, 4, 11 y 12 de febrero.
  • Plaza Unidad Latinoamericana, en Acuña de Figueroa y Costa Rica, es el otro punto, donde los encuentros son los días 3, 4, 10, 11, 12, 13, 17, 18, 24 y 25 de febrero.

Murgas que se presentarán en ambos puntos el próximo fin de semana, 3 y 4 de febrero:

  • Sábado 3 de febrero – Darwin e/ Cabrera y Gorriti
    • Amanecidos de Palermo, Atacados por la Santa Risa, El Rechifle de Palermo, Los Insaciables de la Paternal, Los Rengos del Bajo
  • Sábado 3 de febrero – Plaza Unidad Latinoamericana – Acuña de Figueroa y Costa Rica
    • Amanecidos de Palermo, La Milonga de Parque Chacabuco, Los Fantásticos del Oeste, Los Mocosos de Liniers, Los Monarcas de la Fiaca, Renegados de Villa Pueyrredón
  • Domingo 4 de febrero – Darwin e/ Cabrera y Gorriti
    • Lagamur Del Rioba, Los Afortunados de Villa Urquiza, Los Intocables, Los Plebeyos de Devoto
  • Domingo 4 de febrero – Plaza Unidad Latinoamericana – Acuña de Figueroa y Costa Rica
    • Atacados por la Santa Risa, Los Colifas de Caballito, Los Koketos de Piedrabuena, Los Retocados de Villa Urquiza

Breve Historia del Carnaval porteño

En los años 20 la ciudad se encontraba en proceso de expansión, motivo por el cual los barrios comienzan a tomar un papel preponderante en relación con el carnaval.
Las distintas etnias: desde africanos a europeos y a criollos, centraban su locación y sus actividades en barrios distintos: los negros en San Telmo y Monserrat; los italianos en La Boca; los judíos al sur de Palermo; los árabes en el Once, etc. Paulatinamente, en los barrios aparece la murga, como una nueva forma de agrupación, compuesta por entre 15 y 20 muchachos, amigos, que se encontraban para salir al carnaval, cantando y bailando por las calles, con letras picarescas e instrumentos caseros.

Los nombres de las murgas ya no hablan del barrio, ni de su origen, ni siquiera de la colectividad, sino que el doble sentido y la picardía sale a relucir a la hora de su elección: «Los Amantes de las chicas bien» o «Los Farristas», por poner un ejemplo.

Los trajes también eran de confección casera: desde levitas de arpillera hasta disfraces completos y detallados en telas brillantes como el satén. El nombre de la murga estaba escrito en el estandarte que las precedía.

La murga toma al bombo con platillo (introducido por inmigrantes españoles), como instrumento representativo. Luego aparecen el bandoneón, el acordeón y los instrumentos de viento.

Los ritmos y pasos de baile surgieron de una mezcla de candombe, rumba, milonga, etc.

El repertorio de canciones fue compuesto en base a la música de canciones reconocida y populares, a las cuales se les componía una letra con doble sentido o picaresca.

Con el tiempo las murgas van evolucionando, extrayendo de las agrupaciones de carnaval de las décadas anteriores símbolos y formas. Y también sufre cambios importantes, como, por ejemplo, tomar al barrio como factor fuertemente identificatorio: «Los pecosos de Chacarita», «Los Linyeras de La Boca», «Los Locos del Spinetto», etc.

Cada barrio irá creando un estilo de baile y un «toque» rítmico particular. Se irían incorporando mujeres, pero en roles secundarios.

A partir de la Revolución Libertadora, en adelante, los gobiernos militares pretendieron controlar la fiesta de carnaval. En la última dictadura militar, 1976, a través de un decreto, fueron anulados los feriados de carnaval. Hubo corsos hasta 1981 pero para las murgas fue muy complicado realizar su show. Sin los feriados había menos días para actuar y el control sobre las letras que prohibía la crítica política. La mayoría de las murgas dejaron de presentarse y en los últimos tres años de la dictadura (’81, ’82, ’83) no se presentó ninguna en la ciudad.

Pese al retorno de la democracia, el proceso de recuperación de las murgas aparece en 1997 cuando el ex Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires sanciona la Ordenanza N.º 52.039, por la cual «se declara patrimonio cultural la actividad que desarrollan las agrupaciones de carnaval» y se faculta al Gobierno de la Ciudad a «propiciar las medidas pertinentes para que las mismas puedan prepararse, ensayar y actuar durante todo el año en predios municipales que puedan adaptarse a tales fines o bien a gestionar espacios en clubes y sociedades de fomento cuando las circunstancias así lo requieran» (cf. Ord. N.º 52.039/97).

Esta misma normativa pone en manos del Gobierno la responsabilidad de promover la organización de corsos en los barrios, estableciendo en la Secretaría de Cultura el ámbito de la coordinación con las entidades intermedias y en esta misma Secretaría y la de Promoción Social la articulación de políticas sociales integrales que sean afines a sus objetivos: campañas de integración educativa y cultural, alfabetización, asistencia en recursos de salud, alimentación, vivienda, trabajo, etc.

El artículo 7º de esa ordenanza establece la creación de la Comisión de Carnaval, integrada por un representante de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad, un representante de la Comisión de Cultura del Concejo Deliberante (hoy Legislatura) y dos representantes titulares y suplentes de las agrupaciones de carnaval, todos ellos designados ad honorem. A esta comisión se le atribuye la responsabilidad de acordar las políticas tendientes a dar cumplimiento a lo establecido en esa ordenanza y en la N.º 51.203/96 que instituye el llamado «Festival de Candombe y Murga» en la ciudad de Buenos Aires.

El día 24 de junio de 2004 la Legislatura Porteña aprobó la Ley N°1322 que declara días no laborables los lunes y martes de Carnaval. Un paso adelante para reestablecer aquellos carnavales que nuestros abuelos supieron disfrutar, donde se vivía la fiesta popular en toda su dimensión. El mismo año y mediante la Ley 1527 se aprueba la creación del Programa Carnaval Porteño, dependiente de la Dirección General de Festivales y Eventos Centrales, que tiene como uno de sus objetivos generar el impulso de las acciones positivas que el Gobierno de la Ciudad propicie con vistas al desarrollo de la comunidad del Carnaval.