Recuerdan al padre Grote en la parroquia Nuestra Señora de Loreto

El jueves 30 de abril, a las 19.30, en la parroquia Nuestra Señora de Loreto (Juncal 3115, barrio porteño de Palermo), la Federación de Círculos Católicos de Obreros (FCCO) hará celebrar una misa por el 75º aniversario del fallecimiento de su fundador, el padre Federico Grote, entusiasta defensor del bienestar de los trabajadores. La celebración eucarística se enmarcará en el Día del Trabajador, que se celebra el 1º de mayo, y en ella se rezará por la pronta beatificación y canonización del padre Grote.

La celebración eucarística es organizada por la Federación de Círculos Católicos de Obreros (FCCO), fundada por el sacerdote, en el marco del Día del Trabajador, que se celebra el 1º de mayo. 

La Eucaristía será presidida por el viceasesor espiritual de la FCCO, presbítero César Sturba, y concelebrada por el párroco de Nuestra Señora de Loreto, presbítero Joaquín Arrieta y el capellán del Sanatorio San José, presbítero Carlos Bures. 

“En estos 75 años de la entrada de nuestro fundador a la eternidad, rogamos a la Santísima Virgen de Luján que nos anime para que pueda ser proclamado santo por la Iglesia”, se destaca en la convocatoria. 

“Trabajemos para conseguir ese objetivo que será una gloria para la Federación y para nuestra Patria”, se agregó. 

Sobre la llegada a la Argentina del Padre Grote

Grote inicia el viaje que lo trae a la Argentina desde Ecuador en vapor, y al llegar a Perú continúa la marcha en lomo de mula, atravesando desfiladeros y abismos imponentes, recorriendo desiertos y lagos. En Salta toma el tren que lo trae a Buenos Aires, llegando al convento de las Victorias el 20 de agosto de 1884 por la noche. Tenía 31 años.

…»después de atravesar en tren las provincias argentinas desde los límites de Salta y Tucumán, llegaba a Buenos Aires y llamaba a las puertas del convento de las Victorias, cuyo nombre resonaba entonces en mis oídos con eco gratísimo que parecía responder al clamor de mis esperanzas«.

«Luché por incorporarme decididamente a la vida, a los usos y al ambiente de mi nueva patria. Bregué cuanto pude por lograr que en la comunidad no se hablara otra lengua que la castellana. Hasta mayo del 85 mis ocupaciones principales, fuera del estudio y la oración, se redujeron a la práctica de la observancia regular y en la precaria morada que habitábamos, a la dirección espiritual de la Cofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, y a las frecuentes visitas al Hotel de inmigrantes, barracones que servían de refugio a los centenares de recién llegados de Europa, mientras hallaban medio de establecerse en la ciudad o el campo«. 

«A predicar misiones populares habíamos venido al Plata los misioneros redentoristas. Hasta 1894 el trabajo de las misiones fue la tarea más absorbente. A ella viví consagrado con el mayor entusiasmo. En mi memoria se entrelazan las provincias argentinas, tal como se trenzaban mis viajes al azar de las peticiones de los párrocos y prelados. Los frutos espirituales recogidos eran sumamente consoladores. Abundaban las conversiones sinceras. Sin jactancia podemos decir los redentoristas que nuestras continuas giras misionales, ininterrumpidas durante decenios, han contribuido decididamente a conservar y aquilatar el espíritu religioso de las provincias del norte
 
Resumen y extractos del libro «Vida del Padre Grote» del R. P. Alfredo Sánchez Gamarra